martes, 27 de octubre de 2015

¡ Felíz Cumpleaños, Lale !

Querida Lale:

Que sigas siendo el alma de la fiesta
 durante al menos otros 50


¡¡¡ Te queremos !!!

domingo, 25 de octubre de 2015

El Flamenco





     Recuerdo que cuando apenas tenía 3 o 4 años mi madre me llevaba de la mano a su clase de flamenco donde ella aprendía a bailar. En un salón oscuro y gris, yo me sentaba obedientemente en una esquina de la clase, en una silla de la que me colgaban mis pies. Ahí me convertía en testigo silenciosa de las órdenes de un profesor con mucho genio al que yo no le quitaba la vista de encima porque llevaba en su mano un palo grueso de madera con el que golpeaba fuertemente el suelo marcando el ritmo de cada baile.

     Jamás hubiera podido ni imaginar que luego acabaría enganchándome tanto el flamenco.
Qué acierto tuvo no sólo mi madre, sino cada uno de nuestros antepasados que ocuparon esta tierra a lo largo del tiempo: fenicios, griegos, romanos, judíos, musulmanes, gitanos... todos ellos intervinieron para crear esa mezcla maravillosa a partir de su legado cultural.

     El flamenco es mágico.. nace del lamento, del dolor, pero lo convierte en alegría..Te eriza la piel, provoca sentimientos, te llena de intensas emociones.

     Resulta imposible quedarse impávido al escuchar su ritmo. Con sólo empezar el compás nuestro pie sin querer golpea el suelo, nuestras manos se animan a palmear y el cuerpo entero invita a moverse.

     El flamenco es el resultado de un perfecto mestizaje de culturas, es una pócima mágica nacida de la aportación de lo mejor de cada una de las civilizaciones que han ocupado nuestra tierra. Es riqueza… y es nuestro. Con gran acierto y demora, en 2010 la Unesco declaró el flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

     Y yo, hoy día, después de haber sido profesora de baile flamenco y regional durante 20 años, después de pasar horas y horas enseñando a alumnas con la misma ilusión, vuelvo a convertirme en lo quiero realmente ser, una alumna con deseos de seguir aprendiendo, hoy de la mano de mi maestro, Pepito Vargas.

     Muchas veces pienso lo que daría yo por volver a aquellas clases de flamenco con mi madre…quiero continuar con los sueños que empecé sentada en una silla viéndola bailar.